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El Judío

Actualizado: hace 6 días

Recreación por IA de un judío del siglo XV, basado en un disfraz del actor veleño Eduardo Roberto
Recreación por IA de un judío del siglo XV, basado en un disfraz del actor veleño Eduardo Roberto

LA CONQUISTA


En el verano de 1487, las tropas de los Reyes Católicos emprendieron la conquista de Vélez-Málaga, una de las plazas más importantes del reino nazarí. La campaña fue dura, pero su éxito consolidó el dominio castellano sobre la Axarquía, abriendo el camino hacia Málaga y la rendición final de Granada cinco años después.


En medio de aquel escenario bélico –y a pesar de la hostilidad creciente y de la presión inquisitorial– los judíos seguían siendo indispensables para la Corona, puesto que eran valiosos recaudadores, intérpretes, financieros, médicos y comerciantes, todos ellos piezas esenciales en la maquinaria del nuevo Estado.


Cuando Vélez-Málaga fue conquistada, algunos judíos sefardíes prestaron ayuda directa a los monarcas. Entre ellos se destacó Maymón Leví, vecino de la localidad, cuyo nombre quedó asociado a uno de los episodios más singulares del final de la guerra de Granada.


UN COLABORACIONISTA


Los documentos conservados indican que Maymón Leví prestó a los Reyes Católicos “muchos y buenos servicios”, lo que en la práctica podría haber significado asistencia económica, fiscal o logística durante la ocupación y repoblación de la zona. Los judíos solían colaborar con la monarquía en la recaudación de impuestos, préstamos o gestión de rentas reales. En plena guerra de Granada, los Reyes necesitaban dinero constante para mantener la maquinaria militar. Además, es posible que Leví ayudara en la organización del repartimiento de tierras y en la transición fiscal del dominio nazarí al castellano.


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Resultado: su fidelidad fue recompensada en 1490 con una merced real: dos casas y amplias tierras de cultivo en la comarca, valoradas en 50.000 maravedís, una suma excepcional para un judío de su época.


Esto no fue un caso aislado. Otros judíos destacados, como Abraham Seneor (rabino mayor y tesorero real, convertido en 1492 bajo el nombre de Fernán Núñez Coronel) o Isaac Abravanel, también colaboraron con la monarquía en la financiación de la guerra de Granada. En el ámbito local, intérpretes como Samuel Habetahabel o Judá Alascar sirvieron como traductores y mediadores en la comunicación con las poblaciones musulmanas rendidas.


Sin embargo, el mérito y la lealtad no bastaron para cambiar el curso de la historia.

 

109 CAMPOS DE FÚTBOL


La merced concedida a Maymón Leví por los Reyes Católicos incluía casas, viñas y tierras de secano y regadío en varias localidades de la Axarquía: Nerja, Frigiliana, Torrox, Corumbela, Arenas, Daimalos, Rubite y Torre del Mar, además de amplias extensiones en Zalia, dentro del término de Vélez-Málaga. Se trataba de heredades confiscadas a musulmanes que habían huido o luchado contra los castellanos, y que ahora pasaban a manos de los nuevos aliados de la Corona.


Las tierras documentadas para Maymón Leví en la Axarquía se resumen en 45 fanegas, 22.5 marjales, 6 aranzadas, 173 celemines y 2 casas; además de más de 55 fanegas de secano en Zalia (Sábar). El equivalente actual a 109 campos de fútbol.


Estas tierras producían trigo, vino, aceite, almendras e higos, y mantenían parte del cultivo de la seda, herencia del sistema agrícola nazarí. El conjunto sumaba cerca de 100 fanegas de siembra, reflejo de una posición económica próspera, aunque efímera, como veremos a continuación.


LA EXPULSIÓN


Apenas dos años después de aquella recompensa, el Edicto de Granada (31 de marzo de 1492) decretó la expulsión de todos los judíos de los reinos de Castilla y Aragón. El texto, impulsado por Tomás de Torquemada y firmado por Isabel y Fernando, justificaba la medida por razones religiosas: evitar que los judíos “corrompiesen” la fe de los conversos. Aunque, en realidad, fue un acto político y simbólico, culminación del ideal de unidad religiosa tras la victoria sobre el islam.


Tomás de Torquemada, según la IA, basado en una litografía anónima alemana del siglo XIX
Tomás de Torquemada, según la IA, basado en una litografía anónima alemana del siglo XIX

El decreto concedía tan solo cuatro meses para abandonar el país. Quienes se convirtieran al cristianismo podían quedarse; quienes no, debían vender sus bienes y partir.


EL EXILIO


Maymón Leví rehusó bautizarse. En consecuencia, se vio obligado a vender sus propiedades —según consta en documentos notariales— a don Sancho de León, alcaide de la fortaleza de Vélez-Málaga. Parte de esas tierras pasaron después a manos de García de Guzmán, primer alcaide de Nerja, y su esposa Leonor Ponce, sobrina de Sancho. Tras la venta, Maymón Leví desaparece de las fuentes castellanas.


Su destino más probable fue el norte de África, como ocurrió con muchos judíos malagueños que embarcaron hacia Fez, Tetuán o Argel. Algunas genealogías sefardíes mencionan ramas Levy procedentes de Málaga y Vélez, lo que sugiere que su linaje pudo sobrevivir y prosperar en el exilio.


 Hoy, el apellido Levy o Lévy se encuentra extendido por Marruecos, Francia, Israel y América Latina, testimonio de una diáspora que comenzó precisamente en aquellos meses de 1492.


CONCLUSIÓN


El caso de Maymón Leví encarna una paradoja histórica: un judío fiel a la Corona, premiado por sus servicios y despojado poco después por el mismo poder que lo recompensó. Su historia resume el destino del judaísmo andalusí, atrapado entre el reconocimiento y la persecución, entre la colaboración y el exilio. Vélez-Málaga, conquistada bajo el signo de la cruz y la espada, fue también escenario del final de una convivencia secular. Y en ese tránsito, el nombre de Maymón Leví permanece como eco de una cultura extinguida, pero que no queremos olvidar.


FUENTES


 
 
 

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