Un mercenario en Málaga
- Chesko González
- 9 jul
- 2 Min. de lectura
Actualizado: 20 ago

Ciudad fenicia de Málaga, siglo VI a. C. Durante este período, la urbe se había convertido en un importante baluarte comercial, donde convivían gentes de diversas etnias. El mar Mediterráneo les servía como “autopista marítima” para el comercio, cuyas mercancías eran transportadas de costa a costa. Desde que los fenicios se establecieron en la costa malagueña un par de siglos antes, las relaciones con los indígenas fueron, por lo general, buenas.
Sin embargo, en este siglo, Málaga comenzó a construir dos líneas de murallas con sus torreones. ¿Qué significaba esto? Significaba que existía inseguridad, quizá debido a conflictos bélicos continuados, en un contexto de competencia por los recursos o por el control de zonas de explotación.
Todavía no sabemos contra quiénes se defendían. Pero lo cierto es que este panorama transformó, a largo plazo, la península ibérica, desarrollándose sociedades guerreras como los íberos, por ejemplo.
Un descubrimiento revelador vino a corroborar esta tesitura. En 2012, en pleno centro urbano, se encontró una tumba con su ajuar casi intacto. Dentro se había enterrado a un individuo acompañado de una lanza, un escudo, una caja de marfil, un anillo-escarabeo de la diosa egipcia Sejmet (deidad de la guerra y la venganza con cabeza de leona), un par de varillas donde antaño se enroscarían inscripciones en papiro y, lo más sorprendente, un casco corintio. Los objetos hallados nos indican dos cosas: primero, que el ritual de enterramiento no era fenicio y que, por consiguiente, se trataba de un foráneo; y segundo, que era un guerrero. ¿De quién estamos hablando realmente?
En el libro La tumba del guerrero (2018), escrito por David García González, Sonia López Chamizo y Eduardo García Alfonso, se sugiere que se trataba de un mercenario, un hoplita para ser más exactos, los cuales gozaban de elevada reputación en el Mediterráneo.
Esto pone de manifiesto que la península ibérica, en el siglo VI a. C., se encontraba inmersa en un proceso de transformación sin parangón, siendo la guerra el acicate de dicho cambio.
Nos encontramos, por lo tanto, ante el comienzo de un período nuevo.
Fotos: Wikipedia, rutas arqueológicas Málaga
















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